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Historia de la plaza de toros de Melilla, "La Mezquita del Toreo"

"El Goy" intervenido por segunda vez


Creyeron que había sufrido una fuerte "cornada de 10 cm. en el muslo derecho que seccionó el sartorio, vasto interno y vena femoral y laterales". Pero era mucho más grave aún. El pitón del astado llegó "casi hasta la rodilla" y también "rompió la femoral por su cara interna". Un auténtico tabaco. Sin embargo, los médicos no lo vieron. Ni en la plaza ni luego en el hospital. Por eso, el novillero sin picadores Antonio Criado 'El Goy' ha tenido que ser intervenido por segunda vez de la seria cornada que sufrió el pasado lunes en la plaza de la localidad granadina de Gor. Así lo relata a mundotoro su padre, Román Criado, que asegura que lo único que quiere ahora es que "esto no vuelva a sucederle a nadie y que la gente sepa la gravedad de la cornada de mi hijo."

La recuperación de Antonio era favorable hasta ayer, según explica el padre del joven: "El lunes le ingresaron en el Clínico, el martes tuvo 39 de fiebre y ayer unas décimas, incluso le quitaron el catéter y los médicos le habían recomendado que ya se empezara a poner de pie. Hasta ahí todo iba bien. Antonio se puso de pie y nos pidió as su madre ya mí que le acompañáramos al aseo. Fue al volver a la cama cuando comenzó a quejarse y a tener molestias. Por eso le dijo a la enfermera que la venda le apretaba mucho. Se la quitaron y le vi que tenía una inflamación considerable. Pero la enfermera dijo que era normal y volvieron a vendarle la herida."
Sin embargo, Antonio pronto comenzó a retorcerse de dolor: "A las 5 de la mañana mi hijo tenía la pierna como un globo y estaba pidiendo a gritos que lo llevaran al quirófano, pero sólo le pusieron calmantes que no surgieron efecto. Así pasó la noche hasta que a las nueve de la mañana lo llevaron al quirófano y descubrieron que la cornada era mucho mayor de lo que primero habían visto en la plaza."
"Le operaron -continúa Román Criado- y ahí vieron que la primera operación que le hicieron era sólo una tercera parte de lo que en verdad tenía, porque la cornada le llegaba hasta casi la rodilla. Le tuvieron que hacer dos incisiones hacia arriba y hacia abajo para reparar todos los destrozos que le había causado el pitón pero además vieron que el pitón había roto la femoral también por su cara interna, por eso le dolía tanto, se estaba desangrando. La cornada es tres veces más grave de lo que creían los médicos de la plaza."

Román no tiene un parte médico que determine el verdadero alcance de las lesiones de su hijo: "El cirujano se niega a darme el parte médico porque dice que eso lo debe de consultar con la dirección del Hospital. Yo necesito el parte de mi hijo." Román Criado no se explica qué es lo que ha ocurrido: "Yo estoy sorprendido, porque a mí me habían hablado maravillas del médico de la plaza y lo cierto es que nos ha dado un trato exquisito, se ha preocupado de nosotros e incluso nos pidió el teléfono, pero no lo entiendo... Esto es de juzgado de guardia... No sé quién tiene la culpa, todo esto es gravísimo, no sé qué es peor, la cornada del toro o la de los médicos."

El padre del novillero quiere dejar claro que el pasado lunes se lidiaron animales más grandes de lo que debía corresponder: "Esto debería ser supervisado, las autoridades competentes de las plazas deberían preocuparse de que las reses que se lidian se corresponden a la categoría de cada festejo y al Reglamento, porque los novillos del otro día no eran erales. No debería permitirse, porque por eso es por lo que pasan cosas como éstas."

A pesar de la dureza del trance, el padre del novillero asegura que "no pretendo entrar en demandas. Quiero recabar toda la información, no tengo queja de la atención recibida, creo que ha podido ser un descuido involuntario. Sólo quiero que mi hijo se recupere, y que se sepa la verdadera gravedad de la cornada de mi hijo, no quiero que eso vuelva a ocurrir".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Todo mi apoyo al Goy y a su padre Román. Mucha fuerza a los dos.