Adolfo Ramos debutó con los del castoreño el día 22 de Mayo y volvió a salir por la puerta grande de La Mezquita del Toreo. Un total de cuatro orejas en los tres novillos que mató (sobrero incluido) en una actuación en general brillante y variada. Cuando había que exponer, expuso, cuando hubo que manejar a los toros y cambiarlos de terreno debido a su mansedumbre, lo hizo. Tiempo para el toreo de reposo, con gusto e incluso 'sustos', que afortunadamente quedaron en eso. Comienza para Adolfo una carrera ilusionante dentro del nuevo escalafón.
Adolfo Ramos vuelve a triunfar en su plaza. En el día esperado, luciendo traje nuevo, precioso el vino de toro y oro del terno, realizó el paseíllo junto a sus compañeros con la semi-sonrisa en su rostro, esperando que todo saliera como salió, triunfando en el día de su debut como novillero con caballos. ‘Juguetón’ se llamó el primer utrero que mataba Adolfo Ramos de forma oficial.
Un astado bien hecho, bajo de pelo colorao ojo de perdiz, bragao y meano del hierro de Toros de San Miguel. Fue un novillo que se dejó pero que escaseó de fuerzas. Estuvo siempre por encima de la res, lo cuidó hasta sacarles muletazos de buen trazo. El segundo, fue un astado diferente. Mansurrón, hubo que bregar con él cerca de los terrenos que pedía a voces el morlaco. Se pegó a sus astas y demostró la valentía que atesora. Ya en el de regalo, el sobrero, res con cuajo de toro, estuvo sensacional, faena de mas a menos que rubricó con un estocadón hasta los gavilanes. Dos orejas y tarde feliz.
El diestro albaceteño, José María Arenas, próximo a su alternativa, se le vio con buenas manera y sobre todo, estando siempre en novillero, exprimiendo a sus 'enemigos' como a auténticos limones, realizando quites y poniendo banderillas. Dos orejas para el de Munera. El de Albacete le puso ganas en todo momento y se le vió con el oficio de haber tenido ya la fortuna de matar bastantes novilladas.
La cruz de la tarde fue para el novillero de Ronda Rafael Tejada que en resumidas cuentas, no estuvo en ningún momento. No quiso saber nada del bravo primero, aplaudido en el arrastre tras su gran pelea en varas, porque de su juego podemos contarles muy poco, no lo llegamos a ver, fue una pena. Desde que salió de toriles Tejada lo tenía claro. No estaba a gusto, se mostró desconfiado y en ocasiones hasta descompuesto por la situación del novillo.Desconocemos si todavía está fresca la cornada sufrida en Murcia, pero lo que está claro es que el utrero fue el ovacionado a su muerte. En el segundo, estuvo más animado, pero al fin y a la postre fue una faena de aliño. Una auténtica pena.Al finalizar el festejo, Puerta Grande para Adolfo Ramos y José María Arenas en La Mezquita del Toreo’.
Fuente: melillahoy.com Ricardo Fernández
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