Plazas de toros africanas

En África quedan en pie tres plazas de toros. Una en Melilla en plenas facultades. Otra en Tánger ya en desuso y medio en ruinas. Y otra en Maputo (Mozambique) también en desuso y en muy mal estado. En esta última tengo constancia de que toreo en varias ocasiones un torero de la tierra, Ricardo Chibanga, nacido en 1947 en la antigua colonia portuguesa Lourenço Marques (Maputo en la actualidad).


Plaza de toros Monumental de Maputo. A la derecha, Ricardo Chibanga torero de Mozambique
La Diputación de Cádiz llegó a poner sobre la mesa hace varios años un proyecto de restauración del coso tangerino (bajo estas líneas, hace décadas y en la actualidad), pero según dijo Tomás Solís, cónsul español en esa ciudad, el asunto anda parado. Mientras tanto las autoridades lo emplean para encerrar de vez en cuando a emigrantes clandestinos, según han relatado algunos de ellos. Solís dice que el Gobernador quiere que el edificio sea remozado pero hay más voluntad que presupuesto.

Plaza de toros de Tánger

Hubo una cuarta plaza africana en Casablanca que fue derribada en 1972 y por la que pasaron algunas de las figuras de la época como podemos apreciar en algunos de los carteles rescatados del diario “La Vigie Marocaine”.

Plaza de toros de Casablanca

Podemos añadir la Plaza de Toros de Orán (Argelia).

El 27 de mayo de 1890 se inaugura la primitiva plaza de Orán (Argelia), de madera con un mano a mano, sin suerte suprema., de Mazzantini y Gacetta.

El 14 de julio de 1910 se inaugura la plaza nueva de construcción de Orán, con Vicente Pastor y Mazzantinito ante toros de Concha y Sierra. El 15 de julio de 1936 -tres dias antes de que estalle la Guerra Civil- se da la última corrida en esta primera plaza estable de Orán con Cagancho y Domingo Ortega ante toros de este último.

Posteriormente se construye un nuevo coso, inaugurado en 1954 por el entonces director de la plaza de toros de Casablanca, Paul Barriere. La inauguración fue el 13 de marzo de 1954 , con toros de Manuel González para Domingo Ortega, Rafael Ortega y Dámaso Gómez.

Sigue en pie, con su fachada redonda construida en piedra y sus altos portones de metal. En lo que fueran las taquillas, cerradas hoy con cemento, se leen todavía los trazos que marcaban las entradas de sol y las de sombra. Durante los años 40 y 50, los previos a la guerra de la independencia argelina, actuaron aquí no pocos lidiadores de renombre llegados desde España. Reconvertida por los franceses en campo de futbito circular.

Vea la historia de Ricardo Chibanga y otros toreros africanos en taurofilia